La plantas son unos seres vivos increíbles, pues son capaces de sintetizar su alimento con sólo agua y luz solar. La verdad es que en este proceso tan complejo intervienen muchas variables, entre ellas el sustrato del que extraen micronutrientes. Estos micronutrientes se encuentran de forma natural en el suelo pero en el caso de plantas en macetas, estos se agotan con cierta frecuencia y hay que reponerlos. Por esto es importante el uso de fertilizantes y abonos. Pero ¿cuál comprar? ¿Son lo mismo? ¿existen diferencias entre fertilizante y abono?
¿Realmente existe una diferencia entre abono y fertilizante?
Hay un mito muy difundido de que los abonos alimentan el sustrato y el fertilizante se encarga de la planta, lo cual resulta completamente puesto que ambos, dependiendo de su composición, pueden cumplir con estas tareas. Otra falsa creencia está relacionada con la frecuencia de uso, y se afirma erróneamente que los abonos se usan sólo un par de veces al año, mientras que los fertilizantes se pueden usar de forma continua durante todo el año. La verdad es que tanto abonos como fertilizantes pueden tener frecuencias de uso diferentes, dependiendo de su composición
Es un poco complicado responder a la pregunta de si existe una diferencia entre abono y fertilizante, pues básicamente el abono y el fertilizante son lo mismo aunque existen diferencias entre ambos. Suena contradictorio, pero el abono y el fertilizante son lo mismo a nivel de función, en la medida en que ambos son compuestos que buscan hacer la tierra más fértil, para que la planta crezca en óptimas condiciones. Así que si eres de los que usa los términos de forma indiferente para referirte al acto de nutrir la planta, estás en lo correcto.
La diferencia principal entre abono y fertilizante está en la composición. Básicamente, los abonos son sustancias de origen orgánico, mientras que los fertilizantes son sustancias químicas. Existe la posibilidad de que un abono tenga más o menos el mismo efecto y propiedades que los fertilizantes, porque pueden aportar los mismos nutrientes aún cuando éstos provengan de fuentes diferentes. Si que hay diferencias en la forma de aplicarlos y la frecuencia, dada su naturaleza orgánica o manufacturada; de hecho también existen diferentes tipos de abonos y fertilizantes.
Abonos
El abono es toda sustancia con un principio activo orgánico o natural. Puede ser vegetal o animal y suele aplicarse de forma directa en el sustrato, enterrarse cerca de las raíces o ponerse alrededor de la planta. Los abonos pueden tener presentación líquida o sólida, El abono puede ser completamente natural, pero también puedes adquirirlo ya procesado y empacado. La ventaja de esto es que puede tener la certeza de su composición y la frecuencia de uso,
Los abonos pueden clasificarse según la homogeneidad, mientras que su riqueza se expresa con 3 números que indican al porcentaje de los macronutrientes principales (N de nitrato, P de fósforo y K de potasio). En la etiqueta también puedes encontrar macronutrientes secundarios como calcio, magnesio y azufre. Otra forma de clasificar los abonos es según su composición.

Fertilizantes
Los fertilizantes son productos encargados de nutrir el sustrato para promover el desarrollo adecuado de la planta. La principal característica de los fertilizantes, y lo que los diferencia de los abonos, es que éstos son artificiales. El fertilizante es manufacturado y debe ser disuelto en agua para que pueda liberar los nutrientes que serán absorbidos por las plantas. Los fertilizantes pueden ser líquidos, sólidos o de liberación prolongada.
Cómo usar abonos y fertilizantes

Aquí no se trata de adivinar cuál es el mejor de todos, sino de aprovechar al máximo sus propiedades. Por esta razón es recomendable usar una combinación de abono y fertilizantes que beneficie a la planta. Esto es porque los abonos orgánicos suelen ser ricos en materia orgánica, pero puede que no tengan suficientes macroelementos; mientras que los fertilizantes ofrecen niveles controlados de estos nutrientes y puedes escoger el que mejor le vaya a tu planta.
Una de las dudas más frecuentes está relacionada con la frecuencia de uso y el tiempo adecuado para aplicarlos. Si bien en las etiquetas de cada producto puedes encontrar las instrucciones de uso, el momento adecuado para ponerlo puede cambiar según cada especie de planta, por lo que es necesario que busques la ficha técnica de la planta en cuestión para que puedas abonar en el momento adecuado
Entender la función de los nutrientes es importante, pues de este modo puedes intuir el uso adecuado del fertilizante o abono. El nitrógeno estimula el crecimiento de la planta, de sus hojas y flores. No debería usarse en invierno, que es el momento de reposo de la planta, ya que podría debilitarla, haciéndola más sensible al frío y desordenando el ciclo de las plantas de hoja caduca.
El Fósforo influye directamente en la floración de la planta, así como en la producción de frutos; pero también juega un papel importante en la producción y desarrollo radicular. El Potasio es un componente protector, que le ofrece a la planta la capacidad de soportar las temperaturas extremas.
Si te das cuenta, estos nutrientes presentes en los fertilizantes son ideales para la etapa de crecimiento de las plantas, que suele ocurrir en primavera y otoño, así que estos son los momentos ideales para aplicarlos. De todas formas siempre es fundamental revisar las características y necesidades de cada especie. Hay plantas que tienen requerimientos nutricionales elevados, por lo que hay que aplicar fertilizantes cada semana durante primavera y verano; mientras que hay otras que tienen suficiente con fertilizante en primavera y otoño.
Un gran error es sobrefertilizar la planta. Usar mucho fertilizante no hará que la planta crezca a velocidad de la luz, no dará más frutos y sólo hará que la planta sea más susceptible a enfermedades además de sufrir quemaduras. Recuerda siempre leer la etiqueta del fabricante, pues cada marca y productor tiene su propio método para aplicar el fertilizante.
Información extraída de Be.Green